Necesitamos una tremenda energía para que se produzca un cambio
psicológico en nosotros mismos como seres humanos, porque hemos vivido
demasiado tiempo en un mundo de falsedad, en un mundo de crueldad,
violencia, desdicha, ansiedad. Para vivir con humanidad, con sensatez,
uno debe cambiar. Para que se produzca un cambio en uno mismo y, por
tanto, en la sociedad, uno necesita esa energía radical porque el
individuo no es diferente de la sociedad: la sociedad es el individuo y
el individuo es la sociedad. Y para que se produzca ese cambio necesario
y fundamental en la estructura de la sociedad, la cual es corrupta,
inmoral, tiene que darse un cambio en el corazón y la mente humana. Para
que se dé este cambio, se necesita una tremenda energía y uno niega,
envicia o distorsiona esa energía cuando actúa en base a un concepto,
cosa que hacemos en nuestra vida cotidiana. El concepto está basado en
la historia pasada, por tanto, en alguna conclusión, de modo que no es
acción en absoluto, sino una simple aproximación a una fórmula. Así
pues, uno pregunta si existe una acción que no se base en una idea, en
una conclusión formada por cosas muertas que han sucedido en el pasado.
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Krishnamurti, Charlas públicas en Europa, Ámsterdam 1968, 5ª charla
pública, 22 de Mayo 1968 Obras completas, Tomo XV