“Cuando nos apasiona lo que hacemos y además tenemos la preparación adecuada para hacerlo bien, estamos en nuestro “elemento”, un estado maravilloso en el que trabajamos sin cansancio y con gran creatividad”
Ken Robinson
“El Elemento: descubrir tu pasión lo cambia todo” es el libro en español de Ken Robinson, experto mundial en creatividad, innovación y recursos humanos, de quien ya vimos su famosa conferencia “¿Matan las escuelas la creatividad?” donde exponía su discurso de que el sistema de enseñanza actual, nacido en la industrialización con otras necesidades a las actuales y futuras, margina las disciplinas relacionadas con el hemisferio derecho y no deja espacios para cultivar el talento innato, ni para desarrollar la creatividad.
Él considera que la forma más elevada de inteligencia es la creatividad y que ésta no es patrimonio de una élite artística, sino que todos nacemos con ella y podemos desarrollarla. Eso es El Elemento.
“Hay demasiada gente que nunca conecta con sus verdaderos talentos naturales y, por lo tanto, no es consciente de lo que en realidad es capaz de hacer.”“Todos nacemos con extraordinarias capacidades de imaginación e intuición. En la mayoría de los casos solo utilizamos una fracción de estas facultades y, a veces, ninguna. Al crecer, vamos olvidándolas para ser iguales que los demás. Sin embargo, siguen estando dentro de nosotros.Cuando disfrutamos haciendo aquello que más nos apasiona, el tiempotranscurre de manera distinta y desarrollamos toda nuestra creatividad. Nos sumergimos en el Elemento, el lugar donde hacemos aquello que realmente queremos hacer y donde somos quienes siempre hemos querido ser”
El libro explica historias de personas reales con trayectorias creativas diferentes pero que ejemplifican que cuando descubrimos lo que nos gusta hacer y nos atrevernos a realizarlo, el camino es mucho más satisfactorio que el de la inercia y uniformidad social. Tres de los casos son:
- Matt Groening, creador de los Simpson
- Bart Conner, gimnasta olímpico
- Gillian Lynne, bailarina y coreógrafa del musical Cats cuya historia también cuenta en la conferencia. Siendo niña su madre la llevo al médico por dificultades en el colegio y él médico, al percatarse que movía continuamente las piernas, le recetó clases de danza. Como denuncia Ken Robinson, en esa época no existía ni la hiperactividad ni el Ritaline y gracias a eso, hoy el mundo ha disfrutado de una gran coreógrafa.
“En California, existe el Valle de la Muerte, que carece de vegetación porque nunca llueve. Sin embargo, en una ocasión una precipitación originó que ésta floreciera. Lo mismo sucede con el talento, alguno no está en la superficie sino en el fondo, no está muerto sino dormido y hay que esperar a que se den las circunstancias adecuadas en el entorno para que brote. En ocasiones, la propia sociedad frena su desarrollo, ya que a veces se dan por sentadas muchas formas de actuar al plantear una vida lineal, cuando debe ser activa”
Por tanto, el libro “El Elemento” y su mensaje es aconsejable para todo tipo de personas:
- para adultos que, aunque ya estamos en la tela de araña del Sistema, seguimos teniendo un gran margen de maniobra para dirigir nuestra vida a donde deseemos y al ritmo que decidamos
- para padres, para evitar que sus hijos caigan en esa tela y les ayuden a desarrollar sus dones desde pequeños y así ser más felices
- para jóvenes y adolescentes como brújula personal
- para educadores, para que sepan reconocer todos los diamantes en bruto en sus aulas y tengan tan buenas recomendaciones como el maestro de este relato
Maestro, tengo un problema con mi hijo: me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.
¿Qué harás?
¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!
Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo. Desarrolla su talento. TODOS SERVIMOS PARA ALGO, PERO NO TODOS SERVIMOS PARA LO MISMO.Alejandro Jodorowsky(tomado de aquí)
¿Cuántos necios hay/somos en nuestra sociedad?
Sitio oficial: Ken Robinson