Así que yo, yo mismo, soy confusión. No es que me de cuenta de que soy
confusión o de que me han dicho que soy confusión sino que el hecho es:
yo, como ser humano, vivo en un estado de confusión. ¿Bien? Cualquier
acción que haga trae más confusión, ¿verdad? ¿Lo entiende? Así que estoy
en un estado de confusión total: toda la lucha para superar esa
confusión, para eliminarla, para distanciarme de ella, todo eso ha
desaparecido, ¿bien? ¡Me pregunto si eso ha sucedido! Se dan cuenta cuan
difícil es para nuestras mentes ser escrupulosas con esto, aprender de
ello, ser libres, tener el espacio para aprender. ¿Qué sucede entonces?
Soy confusión; no es que me de cuente de que soy confusión. ¿Ven la
diferencia? Soy eso. Así pues, ¿qué ha sucedido? Todos los movimientos
de escape, de tratar de eliminar, han cesado por completo, ¿verdad? Si
no es así, no se muevan de ahí. Ante todo tiene que estar libre de todos
los escapes, los escapes verbales y simbólicos pero quedarse con el
hecho de que, como ser humano, está en un estado de confusión, ¿verdad?
Así, ¿qué ha sucedido? Somos dos amigos que hablan juntos de esto, no se
trata de una terapia de grupo ni nada de todo este sinsentido, tampoco
es un análisis psicológico. No es eso. Somos dos personas hablando
juntas y decimos que ahora hemos llegado a este punto de manera lógica,
racional, sin sentimentalismo, y por tanto, con sensatez. Porque ser
sensato es una de las cosas más difíciles. De modo que hemos llegado a
este punto: o sea, yo soy esto. ¿Qué ha sucedido en la mente? ¿Lo ven?
¿Podemos seguir a partir de allí?
- Krishnamurti, J. Krishnamurti
Brockwood Park, 3ª Charla Pública, 6 de septiembre de 1980.